"Buddhismo y Suicidio: Actitud Correcta con Respecto a la Muerte" por Kanae Kawamoto

El suicidio en Japón es un problema nacional. Las estadísticas son elocuentes: Japón, donde ocurre un suicidio cada quince minutos, es el país con la tasa más alta de suicidios entre los países industrializados. Solamente en el año 2009, más de treinta mil personas se quitaron la vida. El suicidio es un tema de actualidad y relevante no sólo en Japón sino en todo el mundo.

¿Qué es la vida?

Sin duda es un cuerpo físico-biológico. Un cuerpo vivo. Un cuerpo que siente, con sensaciones. Pero al mismo tiempo una mente que percibe, una inteligencia que se da cuenta que existe y que se da cuenta que se da cuenta. Pero también somos un karma, pues no todas las vidas son iguales y no a todos les va igual en la vida. Y finalmente somos una conciencia, de ahí que el filósofo Descartes dijera: “pienso, luego existo”, aunque también podría haber dicho “siento, luego existo”, “estoy, luego existo”, “percibo, luego existo”, “sufro, luego existo”, “soy feliz, luego existo”.

Las Dos Cosas Protectoras por Fernando Solana Olivares

El mundo está en llamas. Lo advirtió el Buda hace más de dos mil quinientos años, pero ahora, si se nos permite el uso enfático de la verdad convencional, su incendio ha llegado a cobrar proporciones dantescas. Las certezas relativas que construyeron un proceso civilizacional hoy están rotas, fracturadas, y se cumple con pavorosa perseverancia aquella visión marxista sobre la modernidad, entonces metafórica y actualmente literal, acerca de que todo lo sólido se desvanece en el aire. Todo fin de un mundo es el fin de una ilusión, y por fin sabemos que esa solidez atribuida a la realidad episódica no era tal.