"La Violencia en México" por Bertha Imaz

Dom, 11/09/2011 - 13:41
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La situación actual de México es crítica, porque nos encontramos entre la violencia ejercida por el crimen organizado coludido con las autoridades, y la violencia que el Estado ejerce a través de las Fuerzas Armadas y los diferentes cuerpos policíacos, que con toda impunidad, violan flagrantemente los derechos de las personas, consagrados en la Constitución.

La situación actual de México es crítica, porque nos encontramos entre la violencia ejercida por el crimen organizado coludido con las autoridades, y la violencia que el Estado ejerce a través de las Fuerzas Armadas y los diferentes cuerpos policíacos, que con toda impunidad, violan flagrantemente los derechos de las personas, consagrados en la Constitución.

Aunado a lo anterior, el Poder Legislativo aprueba leyes en forma irresponsable, sin medir las consecuencias que van a tener sobre la población y el Sistema de Justicia no es tal, por la corrupción que impera en todos los niveles de impartición de la misma.

La violencia también se expresa en el descuido en la educación de los hijos, la falta de oportunidades para los niños y jóvenes para obtener una formación escolar de calidad, la carencia de servicios de salud para todos, la escasez de empleos, el ruido ensordecedor en todas partes, la basura tirada en lugares públicos, la exposición de material pornográfico a la vista de los niños, la falta de responsabilidad de los prestadores de servicios, la descortesía hacia las personas mayores, el lenguaje agresivo y soez, la intolerancia hacia los demás, la negligencia en las actividades cotidianas, el desperdicio de bienes comunes como el agua y la energía eléctrica, los automóviles estacionados en las banquetas o en doble fila; en fin, se podría hacer una lista interminable de abusos y omisiones que nos afectan a todos en mayor o menor grado.

Seguramente nos hemos preguntado cómo fue que llegamos a perdernos el respeto, a olvidar cuidarnos unos a los otros, a provocar sufrimiento en los demás sin ningún remordimiento. Desde una visión buddhista lo que ocurre actualmente se debe a la falta de práctica de sīla; es decir,  a que no estamos atentos a la observancia de las normas éticas universales que permiten la convivencia y las relaciones interpersonales en un ambiente armónico, de solidaridad y respeto mutuo. Esto es, la abstención de matar seres vivientes, de tomar lo que no ha sido dado, de conducta sexual incorrecta, de lenguaje falso, del uso de intoxicantes que conducen a la desatención.

En el Samyutta Nikaya 55, No. 7 el Buddha enseñó:

Sobre esta materia el noble discípulo reflexiona: Aquí estoy, gozando de mi vida, sin deseo de morir, deseoso de placer y con rechazo hacia el dolor. Suponiendo que alguien me privara de la vida, no sería un hecho placentero para mi. Si yo, en cambio, privara de la vida a otro ser, gozando de su vida, sin deseo de morir, deseoso de placer y con rechazo hacia el dolor, no sería algo placentero para él. Porque ese estado que no es placentero para mi, tampoco debe serlo para otro. Y un estado que no es querido y que no es placentero para mi, ¿cómo podría yo causar ese estado a otro? Como resultado de esta reflexión, el discípulo se abstiene de privar de la vida a cualquier ser, alienta a otros de abstenerse y se expresa siempre a favor de tal abstensión.

La única manera que veo para que las cosas cambien en nuestra querida Patria es la práctica de sīla, no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros mismos.

Bertha Imaz Lira

Aclaración: Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad personal del autor y no necesariamente reflejan la postura de Buddhismo Theravada Hispano o la postura tradicional de las escuelas buddhistas.